Psicología de la persona obesa
Las personas que tenemos tendencia a engordar, pasamos una gran parte de nuestras vidas, a diario, sin festivos ni vacaciones, sufriendo por múltiples razones, cómo:
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- Juzgarnos por cómo creemos nos ven y juzgan los demás
- Perdernos en la comparativa constante con las personas delgadas (y guapas)
- Sentir el desprecio directo o la falta de inclusión de manera igualitaria con el resto de las personas participantes de un evento, fiesta o reunión.
- Vivir el rechazo ajeno y propio
- Pasar por la falta de autoestima y autocuidado
- Buscar constantemente la pérdida de peso solo para tener un buen cuerpo
- Querer formas de adelgazar sin esfuerzo, rápidas y milagrosas
- Flotar dentro del sueño constante que me dice:
- “Cuando haya perdido TODO el peso” me verán, valorarán, querrán y se enamorarán de mí.
- Me sentiré como parte de la sociedad que admiro y anhelo ser.
- Cuando me adelgace, todos los problemas quedarán resueltos de por vida.
- Tendré éxito con el sexo atrayente, ligaré.
- Nadie más me rechazará.
- Seré admirada
Los motivos de la obesidad
En muchos casos, los motivos de la obesidad son consecuencia de años de una alimentación desestructurada, con arrebatos de ansiedad en determinadas horas del día que conducen a atracones de menor o mayor proporción, al picoteo u a otras conductas.
Hay que tener en cuenta de que, no siempre, sin embargo, la obesidad está vinculada a la conducta alimentaria. Otros trastornos o enfermedades pueden ser la causa directa o indirecta de la subida de peso.
Tanto uno como otro, como si es una combinación de los dos, son muchas las personas que deben de vivir con su obesidad, y el camino no suele ser fácil.
La negación del problema
Cuando se trata de hábitos desestructurados, generalmente ya desde la infancia, el no saber qué hacer ni con quien hablar, el miedo a no poder soportar abandonar los hábitos establecidos, la necesidad de poder comer sin límites de cantidades, productos y horarios, son un obstáculo de grandes dimensiones para aquellas personas que lo sufren, en su mayor parte en silencio, negando el problema en vez de afrontarlo, viviendo la vida haciendo ver que no importa y que nada pasa.
Sin embargo, sí que pasa.
Para muchas personas, el sueño es poder comer lo que sea cuando sea sin engordar, disfrutando de un maravilloso cuerpo. Para la gran mayoría, la realidad es que el cuerpo refleja la destrucción al que lo sometemos, a través de la mala alimentación, que, a su vez, es el resultado del saboteo constante de nuestra mente y de nuestras emociones, acompañado muchas veces de la desidia y las pocas ganas de hacer deporte o actividades que nos hagan mantenernos en movimiento.
¿Cómo funciona nuestro organismo?
El organismo tiene unos mecanismos para actuar sobre la grasa corporal y el estado de ánimo, en lo que son fundamentales varios puntos:
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- El descanso
- La alimentación sana y consciente
- El deporte constante
- La actitud positiva
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Sin que estos puntos se trabajen, estén y se mantengan activos de forma constante, no será posible conseguir mejorar los hábitos que nos conduzcan a una mejora en nuestra salud, incluyendo la pérdida de peso.
El camino de la negación a la aceptación
Las personas que sufren por su conducta alimentaria y la obesidad que esta conducta conlleva, suelen sentirse atrapadas en su mente y en su cuerpo.
La primera condición para caminar hacia el cambio, es la aceptación de su situación en cada momento.
El siguiente paso es pedir ayuda. No se puede caminar sola. El acompañamiento de dietistas-terapeutas y de personas que comprendan el problema desde la vivencia son una gran barandilla en la que apoyarse para ascender al siguiente nivel.
El camino es largo, difícil, de recuperación y recaídas. No es nunca un camino recto y llano. Tampoco es un camino con un final concreto, si no que es un viaje que siempre trae nuevas pruebas y nuevas experiencias.
Comprender es aceptar. Aceptar es dejar de sufrir. Al dejar el sufrimiento atrás, abrazamos nuevas emociones, más positivas, que nos empujan a levantarnos y mejorar nuestra conducta, nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra energía.
La clave está en la resiliencia. Saber mantenernos en el camino o volver a él cuanto antes si nos salimos.
*Si has vivido alguna situación similar, y deseas compartirla de forma totalmente anónima en el blog, no dudes en enviarme un e-mail a info@anahuguet.com contándome tu historia. Muchas gracias.